Describir una escena siempre ha sido un reto de la documentación dentro del ejercicio del registro fotográfico y audiovisual, sobre todo cuando nos referimos a los aspectos que pueden traducirse y representarse por medio de múltiples técnicas y percepciones personales.  

La documentación como la conservación de la memoria, nos lleva a pensar en las formas en las que un lenguaje visual puede viajar a través del tiempo para ser interpretado en el futuro. En esta ocasión, el registro de esta escena se sitúa en una “réplica” arquitectónica diseñada para su remodelación a través de la intervención artística dentro de una gran galería.

 

La construcción y su principio humano: establecerse como un refugio donde habitar, sus huéspedes, así como las consecuencias de la apropiación y transformación, nos invitan a observar, a cuestionarnos diversas premisas cuando nos enfrentamos a las consecuencias de realizar una intervención dentro de esta galería o máquina del tiempo.

Esta remodelación artística y arquitectónica viene a proponernos cambios drásticos dentro del espacio, creando una contradicción en cuanto a los propósitos de la arquitectura y el concepto de permanecer y pertenecer, nos somete a la instantaneidad de nuestra realidad contemporánea y su temporalidad, la maleabilidad que posee y sus fines específicos.  Tomamos con mucha ligereza la transformación, dejando de lado el principio de la construcción que nos ofrece el espacio como un refugio; es en este punto donde reluce la importancia del documento, la esperanza de extender el tiempo de vida de nuestro presente y la supuesta interpretación del pasado y el futuro.

 

“Conservación imaginaria”  es una colaboración en el proyecto “Espacio In Habitable”  de Miguel Ángel Madrigal, desarrollada  en La Tallera de Siqueiros, en ésta  se  analiza el impacto del cambio no sólo espacial, sino también de la memoria,  la velocidad que transcurre en la cotidianeidad y  que no permite  retener  las características de nada que se encuentre sometido a la instantaneidad, las emociones que pueden partir de la contemplación y reconocimiento, la conservación a lo largo de la vida y el tiempo mismo, no se busca el proceso, sino el choque, el choque de realidades y contrastes,  retener la vida más allá de unos segundos.